Todo
empezó cuando nuestra Coordinadora Erasmus, nos habló de las Becas en
una reunión, desde el principio lo tenía muy claro, era una gran
oportunidad tanto profesional como personal. Lo que más me llamaba la
atención era aprender otro idioma, aunque también tenía mis miedos, si
no entendía lo que me decían, si me integraría en la vida y cultura de
otro país,…
Nos
concedieron dos becas, y en todo momento los profesores nos facilitaron
su ayuda. Recibimos en el centro un curso introductorio de portugués,
nos acompañaron a conocer la empresa, nos ayudaron a buscar piso, y nos
acompañaron en el primer día de nuestra estancia.
En Abril comenzamos las prácticas en Lisboa. Mi compañero en la Consejería de Educación en la Embajada española y yo en el Banco Espíritu Santo. Nuestro período de estancia fue por 2 meses.
Vivíamos en el mismo edificio pero en distintos pisos. El primer día estaba un poco nerviosa porque no sabía cómo sería la gente, que haría y si entendería el idioma, pero desde que me recibieron en la empresa me sentí bastante cómoda allí.
No trabajaba en la sede principal, sino en un centro de oficinas a las afueras de Lisboa. Me trasladaba en un autobús de la empresa y poco a poco fui aprendiendo e incluso me comunicaba en portugués.
La segunda semana mi compañero se fue por motivos personales y no me importó quedarme sola, pues trabajaba casi todo el día. En general en la empresa estuve bien, los compañeros fueron amables, simpáticos.
Lo que más me sorprendió fue el horario que tienen para trabajar, no comienzan temprano, tienen poco tiempo para comer, y me costó acostumbrarme, porque había mucho tiempo hasta la hora de cenar.
También me sorprendió que siendo un país tan cercano, tengamos tantas cosas diferentes.
Como experiencia ha sido genial, poder experimentar tantas sensaciones nuevas, valorar más las cosas y conocer otros estilos de vida y trabajo. Además te das cuentas de que tu horizonte profesional se amplía cada vez más.
Cuando volví estaba un poco preocupada por el futuro laboral, porque mis compañeras habían trabajado en empresas del entorno y yo había aprendido cosas muy diferentes. Aquí nadie me conocía y eso me preocupaba, pero pensé que todo es cuestión de moverte y un poco de suerte.
Para finalizar me gustaría dar las gracias a todas las personas que me han apoyado, especialmente a mi familia, pues sin su apoyo económico no hubiera sido posible, y a los profesores que confiaron en mí y se preocuparon por hacer realidad esta experiencia.
En Abril comenzamos las prácticas en Lisboa. Mi compañero en la Consejería de Educación en la Embajada española y yo en el Banco Espíritu Santo. Nuestro período de estancia fue por 2 meses.
Vivíamos en el mismo edificio pero en distintos pisos. El primer día estaba un poco nerviosa porque no sabía cómo sería la gente, que haría y si entendería el idioma, pero desde que me recibieron en la empresa me sentí bastante cómoda allí.
No trabajaba en la sede principal, sino en un centro de oficinas a las afueras de Lisboa. Me trasladaba en un autobús de la empresa y poco a poco fui aprendiendo e incluso me comunicaba en portugués.
La segunda semana mi compañero se fue por motivos personales y no me importó quedarme sola, pues trabajaba casi todo el día. En general en la empresa estuve bien, los compañeros fueron amables, simpáticos.
Lo que más me sorprendió fue el horario que tienen para trabajar, no comienzan temprano, tienen poco tiempo para comer, y me costó acostumbrarme, porque había mucho tiempo hasta la hora de cenar.
También me sorprendió que siendo un país tan cercano, tengamos tantas cosas diferentes.
Como experiencia ha sido genial, poder experimentar tantas sensaciones nuevas, valorar más las cosas y conocer otros estilos de vida y trabajo. Además te das cuentas de que tu horizonte profesional se amplía cada vez más.
Cuando volví estaba un poco preocupada por el futuro laboral, porque mis compañeras habían trabajado en empresas del entorno y yo había aprendido cosas muy diferentes. Aquí nadie me conocía y eso me preocupaba, pero pensé que todo es cuestión de moverte y un poco de suerte.
Para finalizar me gustaría dar las gracias a todas las personas que me han apoyado, especialmente a mi familia, pues sin su apoyo económico no hubiera sido posible, y a los profesores que confiaron en mí y se preocuparon por hacer realidad esta experiencia.
Ana Lozano (FCT Erasmus 2010-2011)
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